«Ser útiles en la vida de la gente»

Tal y como apuntábamos en entradas anteriores, entre las muchas tareas que tenemos los consultores en comunicación política está la de asesorar y aconsejar a nuestro candidato a que, siguiendo las pautas marcadas por su partido, diga lo que debe decir de la mejor manera posible. Buscamos la persuasión, no sin razón. Buscamos atraer y convencer. Engalanamos los contenidos para que fluyan de la boca del orador con rotundidad y contundencia, con claridad y nitidez, con seguridad y veracidad. Hay quienes dicen que los consultores sólo vendemos humos y seguro que a alguno no le faltará razón. Por eso se está trabajando en la profesionalización de la comunicación política, para que los consultores políticos ocupemos el lugar que nos corresponde.

879712_1Hoy hablo desde la más absoluta de las objetividades, desde mi labor como analista. Hoy hablo como profesional, no como votante ni tan siquiera como ciudadana. Hablo del discurso pronunciado por Guillermo Fernández Vara en su investidura. Después de casi una cuarentena, el socialista ha sido investido por mayoría absoluta como presidente de la Junta de Extremadura. Algo más de una hora duró el discurso que Vara declamó ante los 65 diputados que conforman el Parlamento y demás asistentes.

No sé si el discurso salió de su pluma o de la de algún colaborador o speechwriter, lo que sí sé es que debería haber sido un discurso más trabajado, tanto en la exposición como en la elaboración. Vi a un Vara inseguro, con un tono uniforme, que perdió en varias ocasiones el hilo de lo que leía. Vi un Vara poco expresivo, poco comunicativo. Confío en que todo sea fruto del tiempo que ha estado en la oposición y que, como todo, lo que no se ejercita en demasía se va olvidando.

Pero si su exposición no me pareció sobresaliente, menos aún me pareció la redacción del discurso. Por más que lo leo y lo releo, no encuentro el hilazón entre sus partes. Las transiciones entre los contenidos se entremezclan. Las propuestas, sacadas de su programa electoral, parecen haber sido vertidas, sin orden ni concierto, en este discurso de investidura. Discurso aliñado con alguna que otra figura retórica de dicción y pensamiento -anáforas, conversiones, retruécanos…- con storytelling, con frases hechas, con algún proverbio, con citas de autores clásicos y no tan clásicos… Aun así, me ha parecido un totum revolutum.OBAMA

Insisto, desde la más estricta objetividad y sin entrar en detalle en esas más de 60 propuestas, creo, Sr. presidente, que si quiere puede prescindir de su tratamiento de Excelentísimo, de su chófer, de su escolta; prescinda de consejerías y de lo que crea conveniente, pero no prescinda de esa persona que le aconsejará para que sus discursos brillen con luz propia y sus palabras, como usted mismo ha dicho, «sean útiles en la vida de la gente».

2 comentarios
  1. El arte de la Retórica de Aristóteles

    1. Sin ir más lejos. La cultura que aporta el mundo clásico y cada vez está más denostado.
      Gracias por todas tus lecturas y comentarios.
      Besos

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