Cuando estudias la retórica aristotélica, aprendes que, en virtud de la relación del orador con su auditorio, los discursos se pueden clasificar atendiendo a tres géneros*: judicial (genus iudiciale), deliberativo (genus deliberatiuum) y demostrativo (genus demonstratiuum).
Mes: junio 2014
El niño se ha hecho mayor
Su Alteza Real ya es Su Majestad el Rey. Desde el día 17 de junio, día en que el rey Don Juan Carlos I anunciaba su decisión de abdicar el trono en su hijo, todas las expectativas estaban puestas en ese primer discurso que Don Felipe pronunciaría como Rey. Era la hora de recoger el guante de su padre y abrir un nuevo capítulo de la historia de España.
Principios del buen orador
Lejos han quedado aquellos oradores perfectos, ideales, delineados con trazos firmes y exigentes, con energía y viveza, que cautivaban a su auditorio haciendo un perfecto uso de la palabra. Lejos aquella “ciencia del bien decir”, aquel “arte del bien hablar”, que instruía a las clases dominantes de la sociedad clásica. Escritores, políticos, senadores, generales…, todos estaban formados en esta ciencia y arte de la palabra.
Desde lo más hondo del corazón
Probablemente todos recordaremos este 2 de junio como uno de los días más importantes que pone fin a uno de los periodos más largos y prósperos de la historia de España. Cuando todos los tertulianos comenzaban esa mañana debatiendo diversos temas que parecían cobrar cierta relevancia, saltaba a la palestra la sorprendente noticia de la abdicación del Rey en favor de su Alteza Real el Príncipe de Asturias.