En funciones

Llevo varios meses sin escribir una línea esperando acontecimientos. Mi último post fue sobre el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, eso que pudo ser y que no fue. Casi tres meses después, podría decir que nos encontramos en la misma situación. Bueno, la misma no. Me atrevería a decir que es mucho peor. Un panorama desalentador, teñido de hastío, desafección y desgaste, mucho desgaste por parte de todos.

Sentimientos políticos

Si antes del #24M era todo un misterio lo que iba a pasar en las urnas, ahora siguen asaltándonos las dudas ante los posibles pactos, alianzas, acuerdos… Dudas que resultan evidentes si partimos de la base de que quienes antes eran enemigos, ahora pueden ser amigos. Dudas que evidencian que los partidos de tercer o cuarto nivel, esos que los ciudadanos –en el fondo- no han querido que gobiernen, han pasado a convertirse en los protagonistas de las mesas de debate. Un sinsentido éste de la política, en donde casi nunca sabes si vas a ganar con osadía o a perder con clase. Esperemos acontecimientos para hablar de vencedores y vencidos y mientras hablemos de sentimientos y sensibilidades políticos, que también los hay.

Discursos al borde de un ataque de nervios*

Corría el mes de octubre de 1983 cuando Felipe González Márquez, presidente del Gobierno desde el año anterior, instauró la celebración del debate sobre el estado de la nación. Se trata de un debate en el que intervienen tanto el partido que sustenta el gobierno, como los partidos de la oposición y cuyo objeto no es otro que hacer balance de la labor desempeñada por el poder ejecutivo. Desde esta fecha hasta nuestros días, el debate se ha celebrado en 23 ocasiones con una periodicidad anual y han sido 10 los políticos que se han enfrentado dialécticamente. Solamente se ha dejado de celebrar en seis ocasiones, todas ellas por la convocatoria de elecciones generales.

La opacidad de la trans-apariencia

Inmersa en la preparación para el Congreso Internacional de Open Government de Valencia y con las noticias que a diario asaltan las pantallas de nuestros televisores y los diales de nuestras radios, me surgen muchas cuestiones sobre la Ley de transparencia, de acceso a la información pública y buen gobierno. Desde hace varios años se vienen haciendo continuas reclamaciones, pero es a principios del año 2012, allá por el mes de marzo, cuando el Gobierno comenzó a promover dicha Ley. Hasta el momento es mucho lo que se ha escrito y lo que se ha debatido. Son muchas las desconfianzas e inquietudes de los ciudadanos. Muchas las cuitas.