¿Hablas de mí? La retórica desde Aristóteles a Obama*

“…Ésa que se hace visible cuando se viste de largo y saca brillo a sus zapatos de bailar… La que convence y engatusa, inspira y embauca, entusiasma y engaña…” Ésa es la retórica y así se refiere a ella Sam Leith en ¿Hablas de mí?: La retórica desde Aristóteles a Obama, un manual distinto, actual, instructivo y de obligada lectura.

La historia comienza hace 2.500 años, en Siracusa, con Córax y Tisias, Tisias y Córax, y sus juegos de palabras para hacer de la retórica un instrumento entre la argumentación y la persuasión. Lo que ellos descubrieron, Gorgias lo difundió por el mundo y fue en el siglo V, en Atenas, en donde alcanzó su máximo esplendor, una Atenas que se estaba familiarizando con un experimento democrático radical; una Atenas cuyos aristócratas la utilizaron hábilmente para recuperar su debilitada influencia en la Asamblea. Retórica y antiretórica se establecieron en la Hélade sin ambages.

¿Mensajes a flor de piel? De la epidermis a la hipodermis

Que la forma de hacer política ha cambiado, es un hecho más que evidente. Lejos quedan aquellas campañas en blanco y negro, en las que candidatos, afiliados y simpatizantes empapelaban las paredes y las calles de las ciudades con propaganda electoral. Los mítines multitudinarios fueron dando paso a las campañas televisivas y a los debates de La Clave. En estos 38 años de elecciones democráticas, nuevos partidos han ido surgiendo, nuevos candidatos, nuevas ideas… En definitiva, nuevas formas de hacer de política.