Si la verdadera habilidad de un líder pasa por abordar con destreza asuntos complicados, mucho tenemos que debatir sobre lo que está ocurriendo estos días. Una España que se fractura y un pueblo que se divide, física y emocionalmente. Y se ha llegado hasta aquí por no escuchar, por no hablar y por no respetar. Por evitar conversaciones que eran más que necesarias.