De amores y desamores, filias y fobias, encuentros y desencuentros…

Así es de la vida. Llena de contradicciones y confusiones, de situaciones complejas, vagas e imprecisas, que no producen sino desorden y desconcierto. Así es como nos sentimos los millones de españoles que seguimos el debate con los cuatro candidatos a la presidencia. Un debate que, por histórico, se presumía distinto, novedoso. Un debate que había generado expectativas entre los ciudadanos. Un debate que tan sólo se quedó en eso: en presumir y en generar, porque se desarrolló sin sorpresa alguna, todo dentro de un guión establecido.

En funciones

Llevo varios meses sin escribir una línea esperando acontecimientos. Mi último post fue sobre el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, eso que pudo ser y que no fue. Casi tres meses después, podría decir que nos encontramos en la misma situación. Bueno, la misma no. Me atrevería a decir que es mucho peor. Un panorama desalentador, teñido de hastío, desafección y desgaste, mucho desgaste por parte de todos.

Encuestas electorales. ¿Encuestas reales?

A las puertas de la primera de las citas electorales de este 2015, los estudios e informes estadísticos se disparan. Encuestas ofrecidas por consultoras y agencias ocupan el centro de atención de quienes viven de la actividad política y sus resultados se han convertido en noticias de primera plana en los distintos medios de comunicación.

Estrategias en el campo de batalla

La palabra ‘estrategia’ proviene del griego strategía, término militar que designaba tanto la planificación y la dirección de las campañas bélicas, como el movimiento y la disposición del ejército. Recurrir a planes estratégicos era siempre necesario cuando había que mover las tropas y dirigirlas en el campo de batalla para situarlas frente al enemigo.

Comienza la jornada de reflexión

Terminaba la semana pasada haciendo una reflexión sobre el Fin de campaña, sobre los enfrentamientos dialécticos de nuestros candidatos, reflexión que a nadie le debió sorprender porque todos hemos sido testigos de ello. Finalizado el proceso electoral, tampoco os sorprenderán mis palabras que no harán sino recoger unos resultados que, por más objetivos que debieran ser, tienen una carga de subjetividad y de triunfalismo, cuanto menos, llamativos.

Fin de campaña

Concluye la campaña de las elecciones europeas y tengo la sensación de que nada ha evolucionado. Seguimos anclados en ideologías tradicionalistas de que nuestro voto nada importa, de que Europa nos queda un poco lejos y de que ni Junker ni Schulz ni ningún otro candidato va a representarnos. ¡Craso error! La política europea nos influye mucho más de lo que imaginamos y no sólo en lo que a temas económicos se refiere.